El Evangelio explicado

¿Qué significa “evangelio”?  Viene de una palabra griega significando "buenas noticias." 

​Pero, para que haya buenas noticias, tiene que haber malas noticias. 

Vamos a repasar las malas noticias primero, ¿vale? 

¿Qué es este mal dentro de mí? 
​​Sabes a lo que me estoy refiriendo. Todos lo tenemos. Ese deseo de venganza, esperando que alguien más sufra como hemos sufrido, hemos mentido muchas veces, hemos sido infieles a nuestro cónyuge, hemos engañado a alguien en un negocio, hemos odiado a algunas personas en nuestras vidas, y nadie es mejor que nosotros. ¿Algo de esto suena familiar? No estás solo. 

Romanos 3:10 dice: “Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera uno…" 

Este es el estado de la humanidad, y si usamos la terminología bíblica para esto, se llama PECADO. Incluso el apóstol Pablo habla de esto: 

“Yo sé que, en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.” (Romanos 7:18-20) 

¿Quién estableció el estándar para el pecado?

La Biblia nos muestra que Dios mismo estableció una ley: 

Romanos 3:20 “Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.”, y nos dio la opción de obedecerla o no. Cuando las primeras personas en la tierra decidieron desobedecer, es cuando el pecado hizo una aparición en el mundo. Con el tiempo, esa desobediencia se ha extendido a todos. Y podemos ver el resultado de eso simplemente leyendo el diario. Esa maldad dentro de mí también está en los corazones de los demás. 


¿Qué ocurre cuando pecamos? 
El pecado nos separa de Dios, lo que significa que no podemos compartir los beneficios de su gloria. Romanos 3:23 “pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios...” De acuerdo con la ley que Dios estableció, el pago por el pecado es la muerte. Romanos 6:23 “Porque la paga del pecado es muerte...”  El pecado crea ruptura en nuestra relación con Dios, las relaciones con los demás, nuestros negocios y lentamente comienza a arruinar nuestras vidas. Básicamente, moriremos en nuestro pecado, a causa de nuestro pecado. 

¿No sería ahora un buen momento para buenas noticias? 


Aunque Pablo nos recuerda que la paga del pecado es muerte, él continúa diciendo “mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.” Romanos 6:23 

¿Quieres decir que hay una manera de vivir para siempre y no tener que morir por mi pecado?


¡El propósito de todo el Nuevo Testamento es compartir buenas noticias! Muchas personas conocen la historia del nacimiento de Jesucristo, pero no entienden por qué es un evento trascendental en la historia. Dios vino al mundo para morir en nuestro lugar. ¿Qué tipo de dios hace eso? Un Dios amoroso que no quiere que nadie muera en su pecado. 

Romanos 5:8 “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” 

Romanos 3:25 “Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para demostrar así su justicia.” 

Este acto trascendente revela a Jesucristo como Salvador. No podemos salvarnos a nosotros mismos. Solo a través de Jesús podemos estar libres de nuestro pecado.

Muchas religiones tratan de responder a este problema existencial a través de la auto-realización, o a través de obras, o incluso tratando de hacerte pensar que lo malo en ti no existe. Has intentado todo esto, pero en el fondo sabes que no hay nada que puedas hacer al respecto para erradicar ese mal. Pero el cristianismo bíblico es la ÚNICA religión que da una respuesta para el mal que hay en ti. Y la respuesta es Jesús.

Él ya ha pagado el precio por tu pecado. 

Pablo también dejó claro lo que es necesario para la salvación: “que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.” (Romanos 10:9-10) 

Entonces, ¿Qué hago con todo lo malo en mí? 

¡Buena pregunta! Una vez, cuando el apóstol Pedro estaba compartiendo esto con un grupo de personas, “todos se sintieron profundamente conmovidos y les dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer?" (Hechos 2:37) ¡Vaya, bienvenido al club! 


Veamos lo que Jesús, Pedro y Pablo tuvieron que decir acerca de lo que podemos hacer con el pecado en nuestros corazones. 


Dado que somos salvos por gracia a través de la fe en Cristo solamente, veamos lo que Jesús tenía que decir. Jesús le dijo a un líder religioso llamado Nicodemo “―De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3) 


Cuando se le preguntó a Pedro "¿qué debemos hacer?", él respondió “Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados —les contestó Pedro—, y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38) 

Para resumir, he aquí cómo una persona puede hallar salvación: 

  • CREE en tu corazón que Jesús es el Señor y fue resucitado de los muertos. 
  • CONFIESA tu creencia de que Jesús es el Señor y que fue levantado de los muertos. 
  • ARREPIÉNTETE (aléjate) del pecado en tu vida. 
  • SE BAUTIZADO en el nombre de Jesucristo para el perdón de tus pecados. (nacido de nuevo) 

Así que después de creer, confesar, arrepentirse y bautizarse, ¿eso es todo? ¿Puedo vivir mi vida como quiera? 


Bueno, si le das tu vida a Jesús, es porque sabes que has sido salvado por gracia (favor inmerecido) a través de la fe en Jesús, de una vida errada. El nacer de nuevo produce un cambio de corazón, que voluntariamente comienza a obedecer los mandamientos de Jesús por amor a él y en agradecimiento. "Si obedecéis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que tengáis mi alegría y vuestra alegría sea completa.” (Juan 15:10-11) 

Renovamos nuestro compromiso con Cristo todos los días. Mira lo que Jesús dijo a sus discípulos: “Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la encontrará.” (Mateo 16:24-25) 

No sé de ti, pero yo prefiero las buenas noticias de Jesucristo que llevar esté mal dentro de mí. 

Esto fue un resumen breve sobre las buenas noticias. Si quieres descubrir más sobre el evangelio en su plenitud, por favor, ¡no dudes en contactarnos! Nos encantaría conversar contigo.

siguemegalicia